Los pasados días 10 y 11 de enero de 2018 han venido a nuestro monasterio D. Juan Manuel Albendea Solís, director general de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli (FCDM) y Patxi Guerrero, archivero de la misma, para hacer un seguimiento a los trabajos de restauración que desde el mes de julio de 2016 se están realizado en nuestro Taller de Restauración, fruto del convenio firmado el 13 de marzo de 2107, a documentos manuscritos, en papel y pergamino, del Fondo de Ampurias, propiedad de la FCDM.
El Archivo Ducal de Medinaceli es uno de los ejemplos más significativos de continuidad histórica en la conservación del Patrimonio Documental. Iniciado hace más de mil años por el conde Ponce I de Ampurias (906-1078), para formar un depósito documental en su fortaleza de Quermançó con el fin de preservar y proteger sus documentos. Durante esta larga historia, cuyos fondos arrancan en la Cataluña carolingia, el archivo se ha ido formando por la sucesiva agregación de Casas y Estados. La incorporación de nuevos archivos a una Casa no significó la fusión entre ellos, sino que cada uno conservó su estructura orgánica original. No obstante, la reestructuración administrativa que se produjo en el siglo XVIII generó, además de unos fondos administrativos organizados por unidades territoriales que trascendían los estados señoriales, cuatro grandes unidades archivísticas con una cierta homogeneidad interna: el Archivo de los Duques de Segorbe y Cardona; el de los Duques de Medinaceli; el de los Duques de Santisteban del Puerto y el de los Marqueses de Camarasa.
En la actualidad, el Archivo Ducal de Medinaceli está formado por más de cinco mil unidades de instalación (legajos, cajas, carpetas, etc.) y está estructurado en 85 secciones que en buena medida son reflejo de las instituciones productoras de la documentación.
