Origen de los libros cantorales

El canto hasta los siglos IX-X se ejecutaba sólo con la ayuda de la memoria. Después se fue recogiendo por escrito, inicialmente en un libro de pequeño tamaño que utilizaba el maestro de coro con el fin de recordar la melodía que el coro aprendía de memoria. Estos libros contenían diversas partes del oficio Divino (Antifonario, Salterio, Cantatorium, Himnos) y la Misa (Gradual, Kyrial, Tropario, Prosario). En los siglos XII-XIII estos libros con música comienzan a ser utilizados por los componentes del coro, sin abandonar la memorización de la pieza. Muy a finales del siglo XIV es cuando podemos hablar de los libros cantorales, durante los siglos XV-XVI viven su mayor apogeo, a partir del silgo XVII va decayendo su fabricación y su uso se extiende hasta bien entrado el siglo XX.

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