Tributo al conservador Christopher Clarkson

Faltan pocos días para que el año 2017 finalice y no queremos entrar en 2018 sin repasar la trayectoria profesional del conservador Christopher Clarkson, una autoridad internacional en el campo de la encuadernación, fallecido el pasado 31 de marzo de 2017.

Su formación comenzó a los trece años en la Escuela de Artes y Oficios Camberwell, obteniendo un diploma nacional en diseño. A continuación, accede al Royal College of Art donde estudia encuadernación graduándose en 1963 y poco después comienza a enseñar diseño gráfico, grabado en madera, escritura e iluminación, el corte de letras y la encuadernación en el Plymouth College of Art and Design. Tras ello trabaja en la restauración de los primeros libros impresos y manuscritos en Douglas Cockerell & Son y más tarde colabora con el encuadernador Roger Powell.

En 1967, acude con el equipo del gobierno británico a Florencia (Italia) después de las inundaciones devastadoras de noviembre de 1966 y se convierte en una figura destacada en el salvamento de millones de libros dañados. Fue allí donde desarrolló su conocimiento de las estructuras vinculantes históricas, cuestionando por qué algunos de los enlaces habían sobrevivido intactos cuando otros no lo habían hecho. Este interés permanente en la historia de las estructuras y las propiedades funcionales de las encuadernaciones condujo a un estudio detallado de las ligaduras de vitela flojas publicado en 1975. También comenzó a formular, junto con otros, los principios de la “conservación del libro” en contraposición a la simple reparación de libros sin referencia a su significado histórico y arqueológico, que ahora están incorporados en la práctica de conservación moderna.

En 1972, se traslada a los Estados Unidos para trabajar en la Biblioteca del Congreso en Washington, donde es nombrado jefe de preservación de libros raros. Mientras estuvo allí, desarrolló la fase de verificación, una envoltura temporal para libros dañados, y el uso del plexiglás para crear las primeras cunas de plástico para la exhibición de libros.

En 1979 vuelve al Reino Unido para trabajar en la Biblioteca Bodleiana en Oxford, donde diseña las cunas de lectura de gomaespuma, en forma de cuña, que ahora se encuentran en las salas de lectura de libros raros de todo el mundo. Y preocupado por la mala formación en conservación de libros, en 1987 establece un programa de pasantías para conservadores seleccionados de todo el mundo para ayudarlos a desarrollar una comprensión más profunda de la conservación de la biblioteca y el material de archivo. Además, se sentó en varios comités de la British Standards Institution (BSI), determinando estándares, por ejemplo, para entornos de bibliotecas, conservación de libros y materiales vinculantes.

Finalmente, en 2004 recibió la Medalla de Oro Plowden de la Royal Warrant Holders Association en reconocimiento a su importante contribución al progreso de la profesión de conservador y en 2012 un doctorado honorario por la Universidad de las Artes de Londres.

 

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